viernes, 15 de febrero de 2013

No te prometí un final feliz... pero si una buena historia

Como una Poli y una Tori, como Cassie y Lia, como una gota de agua que se refleja en el mar y cae en el olvido o como un minuto de silencio mirando tus ojos, esos ojos que iluminan más que una estrella y que aman más que un felino. Porque no todo está perdido, y aún tengo la esperanza de que se pueda estar cerca sin querer en vez de alejarse queriendo... 
La altura de una roca dando al mar, una cerveza en la parte de atrás de un local oscuro y atractivo, unos callejones oscuros y solitarios en la parte de arriba de la ciudad, la esquina de una sala azul, un techo blanco que tiene tacto de cojín, una fiesta sorpresa con ninguna sorpresa inesperada, una sonrisa que me hace sonreír y me da la confianza que necesito para saber que todo va bien, porque el poder no es querer, pero el querer es subestimado por el poder. ¿Y a qué se debe esto? a la desfachatez que tenemos por nosotros mismos...

                                         

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